Hoy nos atrevemos con la leche frita, un clásico del dulcerío patrio. Barato, fácil de hacer y apto para ser consumido tanto en frío como caliente ¿Pero es que la leche se puede freír? Sí, con maizena.
No es que los dulces sean el fuerte de un servidor, pero como bien decía el tío de mi amigo Charlie, «un buen postre salva una mala comida». Y con la leche frita no podéis fallar.
La receta de hoy es la de la Tarta de sopa. Al menos así se la llamaba en la familia, aunque creo que sería más preciso llamarla Tarta de fideos (o pastel de fideos).
Me sorprendió bastante la semana pasada, cuando preparé este postre, que nadie del grupo que se reunió ese día hubiese visto nunca nada parecido. Será que se trata de una receta secreta familiar, y mientras escribo esta entrada unos sicarios vienen en camino a pegarme una paliza… bueno, no sería la primera vez, así que sigo.