Hoy nos atrevemos con la leche frita, un clásico del dulcerío patrio. Barato, fácil de hacer y apto para ser consumido tanto en frío como caliente ¿Pero es que la leche se puede freír? Sí, con maizena.
No es que los dulces sean el fuerte de un servidor, pero como bien decía el tío de mi amigo Charlie, «un buen postre salva una mala comida». Y con la leche frita no podéis fallar.
Ingredientes:
– 500 ml leche.
– Maizena o harina de maíz (3,5 cucharadas soperas).
– Azúcar (6-9 cucharadas soperas).
– Medio limón.
– 1 rama de canela.
– Para el rebozado: Harina de trigo para freír, huevo(s) y aceite (preferible el de girasol, ya no que no deja tanto sabor, sino uno de oliva suave, un 0,4 como mucho).
– Un vaso de tubo «prestado» de algún pub del Orzán, (es con el que siempre he medido las cantidades de leche). Sino es el del Orzán, la leche frita no queda tan buena.
Con estas cantidades os dará para hacer unas 16 porciones generosas. (calculen su nivel de golosería)
Elaboración:
Llenamos el vaso de tubo de leche y lo ponemos en una cacerola a hervir junto a la monda de medio limón y una ramita de canela.
Cuando vaya a «romper a hervir», retiramos. (Es importante que no hierva para evitar que amargue). Dejamos que temple a temperatura ambiente 15-20 minutos.
En un bol aparte echamos el otro vaso (de tubo) de leche y lo mezclamos con la maizena. Es importante que esta leche esté fría o del tiempo, no caliente, pues sino la maizena no se disolverá tan fácilmente.
Cuando la leche caliente haya templado, retiramos la monda de limón y la canela y colamos la leche sobre una sartén o cazo. Añadimos 6-9 cucharadas de azúcar. Esto depende de lo «larpeiros» que seáis, como por aquí no gastamos mucho azúcar le echamos 6 cucharadas soperas, aunque creo que al resto del mundo le gustaría con más azúcar. Revolvemos a fuego no muy fuerte para disolver el azúcar.
Añadimos la leche con la maizena disuelta y seguimos revolviendo. Aquí sigue siendo importante que la mezcla no rompa a hervir, para evitar que amargue y que se pegue. Es cuestión de coger algún utensilio de madera (yo suelo usar un tenedor) y darle a la muñeca (sin segundas lecturas). Cuando alcalce la textura de una bechamel para croquetas (un poco más densa) ya tenéis echa la masa de la leche frita. Tardaréis unos 15-20 minutos dándole vueltas a la masa. Echáis la masa en una placa, fuente que no pegue (importante). Esperad a que enfríe. Podéis dejarlo 2-3 horas en la nevera o esperar a completar la receta el día siguiente.
Cortad con la ayuda de una espatula (o similar) la masa de leche en cuadrados generosos (de unos 3×3 cms más o menos).
Pasad por harina y huevo batido y a freir. Como os indiqué antes, es preferible que el aceite sea de girasol o uno de oliva de baja graduación/intensidad.
Los hacéis vuelta y vuelta et… voila! Leche Frita!
Como sugerencia de presentación podéis hacer una sencilla mezcla de canela en polvo y azúcar en un pequeño cuenco y rebozar la leche frita en él. En la primera foto de esta receta, véis como queda con la mezcla (trozos más oscuros) y sin ella (más claros). También podéis hacer una natillas caseras (o comprarlas) y acompañarlas con la leche frita a modo de «tropezón». También podéis acompañarla de una bola de helado (la vainilla le va muy bien). La leche frita se puede tomar en caliente, recién frita o fría, nosotros la preferimos de esta segunda forma.
Bueno, pues ésta es la receta dulce de mi debut. He visto como queda «maqueteada» y queda poco lucida (yo quería editarla «como yo quiero» y, sin embargo, ha quedado un edit «tramboliko»). Cuando sepa como arreglarlo lo haré. Mientras, anímense con la leche frita, y anímense a volver al Orzán. Nadie lo hace, pero sigue habiendo vasos de tubo por doquier. Eso me han contado…
¡Seguiremos cocinando!
- Recetas – Leche Frita - 17 abril, 2016
Deja una respuesta