Varias personas nos habían recomendado este pequeño local en la calle del Orzán, lo que unido a la cantidad de buenas críticas en Tripadvisor (aunque hay algunas discordantes, son las menos), nos dejaba con ganas de probarlo y confirmar lo que nos habían adelantado.
Tras un par de intentos de reserva fallidos (conseguir mesa en fin de semana parece una tarea bastante complicada si no se llama con bastante antelación), por fin hemos podido visitar el local y probar su menú degustación.
Para quien no lo conozca, la Barbería se encuentra en el número 15 de la Calle del Orzán en Coruña, un lugar bastante céntrico en la ahora venida a menos zona de marcha con el mismo nombre. No parecen tener página web propia, pero sí un perfil de Facebook bastante activo, en el que podéis encontrar horarios, datos de contacto, y otra información relevante.
Se trata, como ya hemos comentado, de un local pequeño (7 mesas pequeñas hemos contado), que se convierte en pub-bar de copas alrededor de las 12 de la noche. En relación a este tema, si se quiere tener una velada tranquila convendría comenzar la cena no demasiado tarde, ya que al ser el menú degustación de un buen número de platos, la cena se puede alargar hasta el horario de copas.
El ambiente, ese retro-vintage-barbudo que tan de moda está en estas fechas. Que si playmobil por un lado, que si una vitrina con el Simón, el Cine-Exin y otras reliquias de los 80 por otro… Os dejo un enlace a un artículo de Mis Lutier de hace algo más de un año con un reportaje fotográfico realizado con muy buen gusto.
El pequeño tamaño del local condiciona la colocación de las mesas, que se encuentran bastante cerca las unas de las otras. Esto provoca que aunque uno no quiera se acabe medio enterando de la vida de los ‘vecinos de al lado’ por pura proximidad. En este enlace de Google Maps se puede ver una panorámica del interior del local para que os hagáis una idea.
Habíamos leído alguna crítica al servicio, pero en ese sentido ninguna queja. Todo el personal muy atento y amable, de hecho las explicaciones de los platos resultaban un tanto cómicas, del grado de detalle al que llegaban con los pormenores de la elaboración. Pero claro, cuando hay un trabajo importante detrás de un plato, si no se comenta puede pasar desapercibido.
De hecho el personal comentaba que si bien están cerrados dos días a la semana (domingo y lunes), en realidad el lunes trabajan estando cerrados de cara al público, adelantando las elaboraciones para el resto de la semana.
Pero vamos a lo importante, la comida. El menú degustación está compuesto por un total de seis platos y un postre, y la bebida no está incluida en el precio.
El primer plato fue un Ceviche de langostino con tomates confitados, alga codium y gelatina (ya adelanto que los nombres de todos los platos son la versión reducida que hemos sido capaces de retener, en realidad ocuparían sus buenas dos o tres líneas). Tenía un cierto regusto picante, aunque bastante suave. La combinación de sabores era interesante, aunque quizás nuestro paladar no está lo suficientemente adiestrado para apreciar la cantidad de sabores que se mezclaban en un bocado tan reducido. Desde luego si algo predominaba era el sabor a la rayadura de lima que llevaba por encima.
(Aprovechamos para pedir disculpas por la calidad de las fotos, la iluminación del local no ayudaba, y las manos del fotógrafo, menos aun :D)
En segundo lugar degustamos una Compota de zanahoria con calabacín, almendras y vinagre balsámico. Muy potente la mezcla de sabores dulces de la compota y ácido del vinagre, y agradable el toque crujiente de las almendras. Quizá un poco incómodo a la hora de comerlo ya que el calabacín estaba cortado exclusivamente en tiras largas y se hacía un poco complicado de manejar. Pero muy buen recuerdo nos llevamos de este plato, uno de los mejores de la noche.
Antes de llegar al ecuador de la cena nos presentaron un plato de Bacalao con naranja sanguina, acompañados de hinojo y cebolla fresca. Aquí no puedo ser objetivo, aunque lo intentaré, porque el bacalao no es una de mis debilidades ni mucho menos. Con todo, la combinación con la naranja y el resto del acompañamiento le daba un punto bastante agradable. Para mi gusto, quizá un pelín seco el bacalao, pero como decía, ni mucho menos me considero un experto en este tipo de pescado, y a pesar de ello el plato me gustó.
El siguiente era el archiconocido Pulpo a la brasa sobre emulsión de patata. Lo de archiconocido porque todas las personas que habían pasado por el local con anterioridad nos habían hablado de él. Y la verdad es que no decepciona. El pulpo, hecho a la brasa, es una debilidad para quien escribe, y solemos pedirlo siempre que se presenta la ocasión. Y el de La Barbería no desmerecía a los ocupantes de la zona alta del ranking hasta la fecha. Eso sí, la vena ‘tradicionalista’ nos hacía desear un buen montón de puré de patata con su aceite y pimentón para acompañar, y en eso la emulsión se nos quedaba demasiado suave, aún teniendo, como se ve en la foto, su buena cantidad de aceite y pimentón. Pero sin duda un plato de nota muy alta. Así como en los platos anteriores la mezcla de sabores puede resultar extraña para ciertos paladares, este plato creo que es muy recomendable ‘para todos los públicos’.
Entrábamos en la recta final de la cena, con los dos últimos platos. El siguiente era de Setas shiitake confitadas, con puré de patata, emulsión de espinacas y tierra (hecha con semillas). Como se puede apreciar, la presentación muy cuidada. El camarero-cocinero nos recomendaba comer a la vez de las tres capas, y la verdad es que la combinación era muy acertada. Las setas estaban estupendas, y el resto de elementos del plato no les quitaban protagonismo. De hecho, probado el resto del plato sin las setas, se quedaba bastante liviano de sabor. Pero el conjunto, notable.
Ya por último, el plato de carne. Lagarto ibérico a la plancha con pesto rojo y salsa de grelos. Para quien no lo tenga ubicado, el lagarto es una parte del cerdo que se encuentra entre el espinazo y el lomo (gracias Marcos), y que recuerda bastante a la presa ibérica. La factura de la carne, impecable. Bien hecha, como creemos que mejor está la carne de cerdo de esas características, con el punto ideal de sal. La podrían haber puesto sin ningún tipo de acompañamiento y no desmerecería en nada. De todas formas, había que probar las salsas, y aunque las dos estaban bien, nos quedamos con el pesto rojo, la de grelos tenía un toque dulzón que si bien no estaba mal, terminaba empalagando un poco.
Todas las imágenes que habéis visto son las raciones que nos pusieron a compartir entre dos personas. De abundancia, más que suficiente, de hecho con un plato menos habría llegado para salir saciados. Pero puestos a degustar, cuanta más variedad mejor, claro.
El postre, aunque muy bien vendido por el camarero-cocinero (‘las tartas de mi mamá son las mejores del mundo’), creo que fue lo menos recordable de toda la cena. Una porción de Tarta de queso con limón y otra de dulce de leche. No es que estuvieran mal, que no lo estaban, pero después de semejante despliegue de técnicas, ingredientes y descripciones muy detalladas de las elaboraciones, las tartas eran lo más ‘mundano’ (no offense) de todo el menú. Como dice mi tío, ‘un buen postre hace buena una mala comida’. En este caso no era necesario arreglar nada, así que todo ok. Chupito por cuenta de la casa, y a correr.
El precio del menú, 19.50 euros, bebida no incluida, por persona. Hemos leído opiniones que lo tachan de caro, pero no estamos de acuerdo. Tanto por la calidad de los platos como la cantidad, creemos que el precio está bien ajustado.
En resumen, aunque la fama que le precede dejaba el listón bastante alto, el menú degustación de La Barbería lo ha superado en la primera tentativa. Aunque quizá se corra el riesgo de juzgar la colonia por el frasco que la contiene (para bien o para mal, ya sabemos cómo son los prejuicios), cuando uno la abre se da cuenta de que la experiencia vale la pena.
Ata máis comer!
EXTRA: Para conocer un poco mejor el qué y el por qué de la Barbería, os recomendamos este artículo del blog ‘No sin mi barba’ en el que se profundiza de forma muy interesante, sobre todo porque suele ser lo que el público de a pie no conoce, sobre los orígenes del local.
PD: Ésta es nuestra primera entrada en el blog, os agradecemos mucho la visita y esperamos que nos perdonéis por los errores causados por la inexperiencia. Prometemos mejorar. Apertas!
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